Procrastinar, un hábito riesgoso
Eso de dejar para mañana lo que se debe hacer hoy puede llegar a convertirse en un mal hábito, capaz de estorbar el crecimiento y el desarrollo personal.
Probablemente en algún momento has escuchado aquella famosa frase de Benjamin Franklin cuando dijo: “Nunca dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.” Esta expresión es usada para referirse a una personas con tendencia a postergar tareas.
¿Qué es procrastinar?
Básicamente, y en termino simples, la procrastinación es dejar para después algo impostergable, a cambio de otra cosa no tan apremiante. También, se podría decir que es una forma de eludir, usando otras actividades como refugio para no enfrentar una responsabilidad, una acción o una decisión que debemos tomar.
Las personas procrastinan de diferentes maneras, algunas llegando al extremo de hacerse adictas o dependientes de esas otras actividades externas, como, por ejemplo, ver televisión, revisar las redes sociales, atender el teléfono móvil, jugar videojuegos, ir de compras, o comer compulsivamente.
Pero, a decir verdad, el ser humano es propenso a prorrogar las cosas que planifica. Esto se debe a varias razones como: El mal manejo del tiempo, el exceso de actividades, algún hecho de carácter urgente, o simplemente falta de compromiso consigo mismo y con los demás.
Los riesgos de la procrastinación
Para poder vencer el hábito de procrastinar no hay una fórmula secreta. No obstante, hay distintas maneras de hacer frente El primer paso para poder enfrentar a esta costumbre es reconocer sus riesgos, daños y las consecuencias que puede ocasionar ese particular estilo de vida.
Uno de los principales riesgos de procrastinar es no concluir las cosas importantes que se han planificado y proyectado en la vida. Esta acción puede llegar a convertirse en un efecto desencadenante que la postre termine afectando distintas áreas como: La familia, el empleo, la salud o el entorno que rodea a la persona.
Una persona que en su vida cotidiana se adapta a procrastinar con frecuencia reduce considerablemente su credibilidad. En el ámbito de las relaciones interpersonales este mal hábito afecta el circulo de personas cercanas y atenta considerablemente la buena relación con estos vínculos.
Es necesario comprender que nadie está exento de procrastinar, ni siquiera los mejores. No es algo exclusivo, pues el ser humano es proclive a desarrollar este hábito. Por ello, existen algunas estrategias recomendables para hacer frente a la procrastinación:
- Manejo del tiempo: Por lo general quien tiende postergar sus actividades y planes lo hace por un mal manejo del tiempo. Lo ideal es comenzar a hacer uso de agendas y planificar el uso del tiempo.
- Hacer seguimiento a los planes: Reza un dicho popular: “Lo que no se evalúa, se devalúa”. Si no hay una evaluación de los planes establecidos será muy probable procrastinar.
- Manejar bien los errores: En la mayoría de los casos de tiende procrastinar porque no existe un buen manejo de las fallas que se comenten en el trayecto. Errar es parte del crecimiento, hay que ser flexible consigo mismo y asumir los errores como parte del camino sin rendirse.
- Autogestión: Nada funcionará si no existe dominio propio.Vencer el hábito de procrastinar implica gobernarse así mismo. Comprender que debe existir una voluntad enfocada en cumplir las metas trazadas.
La mejor manera de ser eficiente y productivo en el tiempo tiene que ver directamente con la autodisciplina. Es decir, con la voluntad para hacer lo que debe hacer de forma constante. ¿Cuál crees tú que es la mejor manera de vencer la procrastinación? Me encantaría leerte, y conocer tu opinión.
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